La relatividad lo atraviesa todo y la verdad existe cada día menos. Pero ¿como no va a existir la verdad? Todo existe en referencia a otras cosas y sin esas referencias, a esas otras cosas, las “verdades” no son mas que meras reconstrucciones de eventos filtrados en deseos y experiencias particulares. Quizá estas palabras no signifiquen mucho sacadas del contexto en el que me encontraba un día en Al-Qahirah la indomable, la imparable. Lo milenario se abrazaba con el presente. Aunque Egipto ha sido ocupada muchas veces -y vive en su actualidad ocupada por los árabes- las palabras de Christian Jacq resuenan fuerte al describir el viaje de Jean-Francois Champollion al corazón del viejo Egipto. Egipto prevalece, Egipto es LUZ. A continuación un abstracto de El Egiptólogo:
“Tuve que a atravesar una zona de tinieblas antes de distinguir la luz de una antorcha muy por encima de mi. Penetre en un estrecho pasadizo donde tuve que avanzar curvado. El aire me falto muy pronto. La luz había desaparecido. Supe instintivamente que no podía retroceder. Avance entonces con el convencimiento de que moriría asfixiado. El calor y el polvo se unían para quemar mis pulmones. Deje de resistir, cedí. ¿Para que oponerme a lo inevitable? ¿Por qué luchar, tratar de retener lo que tiene que desaparecer, aunque se trate de la propia vida? Mi nerviosismo desapareció.
Me abandone a los siglos acumulados en aquellas piedras de eternidad, progrese con tranquilidad, como si aquella ascensión no debiera terminarse nunca. Tuve la sensación de encontrarme a la vez en el centro de la tierra y en medio del cielo, en un espacio desconocido, en un tiempo que ya no era el de los hombres. Una maravillosa sensación de calor se difundió en mi columna vertebral. No era el reposo de la muerte lo que reinaba en aquella cuba, sino el resplandor mismo de la vida. Cerré los ojos para apreciar mejor aquel placer inaudito que tenia el gusto de una resurrección. Perdí la noción del tiempo. ¿Así era como uno se convertía en Osiris en vida? ¿Así era como uno conocía el placer divino, tumbado en el fondo de un sarcófago, con los ojos abiertos sobre un cielo de piedra?
El hombre era huésped de aquella tierra y de aquel cielo que, a cada instante, prolongaban el pasado y animaban el porvenir con un soplo de eternidad. Ahora podía apreciar el suceso mas insignificante, el paso de una falúka, el canto de un pájaro, el brillo de un follaje. Olvidándose de uno mismo, se accedía a la absoluta sencillez de esta vida milenaria que NO se escurría como arena entre los dedos, sino que debilitaba el corazón, inundándole con un sol que había visto levantarse los templos. Lo superfluo desaparecía. El ser se despojaba, tomando conciencia de su finitud y, en este desapego, descubría la esperanza, esa unión indecible con el fuego secreto que volvía Egipto inalterable.
Me sentía preparado. Había comprobado que la fe de los antiguos egipcios se basaba en el conocimiento y no en la creencia. De nada servia creer en los dioses. Conocerlos, y por lo tanto nombrarlos, descubrir a que poder creador correspondían, era esencial. Los jeroglíficos eran precisamente las palabras de poder que daban acceso a este conocimiento.
Un extraño sentimiento desgarro mi pecho. Tenia miedo pero sin sentir ningún temor. Miedo de ver mi existencia interrumpida antes de haber trabajado lo suficiente, y experimentaba al mismo tiempo una tranquilidad absoluta ante la idea de morir en aquella morada de resurrección. ¿Qué mas esperar de la vida después de tantas revelaciones que apartaban al hombre de si mismo para fundirlo en el cosmos, disolverlo en las estrellas?”
Así como Champollion –y manteniendo las distancias- yo también me siento en un ascender interminable, o ¿será caída libre? Supongo que depende de las perspectivas y de las verdades particulares. Egipto es el lugar donde un día un rayo de sol me ilumino el rostro, el mismo Egipto y el mismo sol que un día ilumino a los grandes antiguos que tanto le entregaron a la humanidad, el mismo sol que un día me ilumino la cara en un barrio de Santiago de Chile.
Marcelo
Fares, FREE KICK Senior Editor
Fawsy, FREE KICK Sound Editor
Fuda, Compositing Editor and Aboul-Ayoun, 3D Animator
Hamzawi, Animator and Graphic Designer
